La Parroquia de los Santos Mártires Justo y Pastor es la única Iglesia jesuita de la ciudad de Granada. La huella de la orden jesuita en nuestra ciudad es muy importante y muy amplia hasta su expulsión de la misma. Mucho a escrito al respecto Miguel Córdoba Salmerón.
La Parroquia formaba parte del conjunto arquitectónico del Colegio de San Pablo, actual Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, iniciándose la construcción el 7 de agosto de 1575 con la colocación de la primera pierda. La construcción se haría siguiendo la idea primitiva de P. Bartolomé Bustamante (arquitecto jesuita).
La portada principal se realiza entre los años 1738 y 1740 y está concebida como si se tratara de un retablo, pero en piedra, divido en dos pisos y tres calles en el nivel inferior y uno en el superior con remate.
En el inferior tenemos cuatro columnas estiradas de orden corintio y que flanquean dos altos relieves en mármol blanco que representan a San Francisco Xavier bautizando a los infieles y a San Francisco de Borja recibiendo a San Estanislao. En la parte superior y entre columnas encontramos un medallón con un relieve de la Conversión de San Pablo y sobre la terminación curva de este retablo en piedra una escultura de San Ignacio de Loyola sobre la herejía.
La torre es obra de José de Bada y Navajas y consta de tres cuerpos sobrepuestos sobresaliendo del complejo los dos últimos. La portada lateral es sencilla, de una calle y dos pisos; el inferior, compuesto por unas dobles columnas laterales elevadas sobre pedestales, encuadran la portada. En la parte superior encontramos el anagrama IHS con un Niño Jesús sosteniendo la cruz mientras bendice, y con dos ángeles sosteniendo una aureola en su cabeza.
Se trata de un edificio de cantería de planta rectangular en la que se inserta una cruz latina con seis capillas laterales. La nave central se cubre con una bóveda de cajón sin lunetos, peraltada y con arcos fajones que arranca de pedestales y decorada con una red de casetones.
En la bóveda se abren seis ventanas de forma rectangular cuyos laterales se decoran con pinturas al fresco que conforman un ciclo único dedicado a San Francisco Javier. Así mismo, en las ocho pechinas de los arcos de las dos primeras capillas laterales se pintan al fresco las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y las cuatro Cardinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza), a la que hay que sumarle una octava, la Vigilancia.
El último elemento decorativo de la nave se encuentra en la última pilastra de la nave donde se colocan dos imágenes de dos arcángeles: San Miguel y San Rafael, obras de Torcuato Ruiz del Peral. Antes del crucero encontramos el bello púlpito de mármol rojo, de base hexagonal, con tres cartelas en el mismo material pétreo, pero en blanco que representan a San Francisco Javier, San Francisco de Borja y San Juan-Francisco de Regis. La escalinata de acceso está realizada de mármol gris de Sierra Elvira.
En los machones del crucero encontramos a Santa Teresa de Jesús (José Risueño), San Pedro, San Juan-Francisco de Regis y San Martín de Tours.
En el crucero se encuentran 4 altares del coadjutor jesuita H. Francisco Díaz de Ribero. Los dos retablos mayores son los de San Ignacio de Loyola (lado del Evangelio) y San Francisco Javier (lado de la Epístola). El retablo de San Ignacio de Loyola lo preside el Sagrado Corazón de Jesús, junto a San Estanislao de Kostka con el Niño Jesús y San Luís de Gonzaga, quedando el Santo jesuita en la parte superior. El de San Francisco Javier lo preside San José (Diego de Mora), junto a dos de los tres mártires de Japón. En el segundo cuerpo encontramos a San Francisco Javier.
Los retablos de menores proporciones los presiden los Santos Mártires Justo y Pastor, obras de Torcuato Ruiz del Peral. Junto a estas arquitecturas de madera hay una pequeña selección de cuadros que lo complementan.
Se completa la decoración del crucero con pinturas al fresco que enmarcan las imágenes de los Evangelistas: San Lucas y San Mateo en el lado del retablo de San Ignacio y San Marcos y San Juan en el de San Francisco Javier. El crucero se cierra con una cúpula sobre pechinas donde encontramos una serie de vidrieras, en cuatro de ellas encontramos a San Ignacio de Loyola, Santo Domingo de Guzmán, San Juan de Dios y San Juan de la Cruz. Así mismo, se encuentran representados al fresco los cuatro Doctores de la Iglesia Griega y los cuatro Doctores de la Iglesia Romana.
Por orden de situación en el lado del evangelio:
Por orden de situación en el lado de la epístola:
Sobre un basamento de mármol oscuro se levanta esta gran máquina del Barroco, de dos cuerpos y tres calles, que arranca sobre cuatro elegantes ménsulas decoradas con mármol verde sobre las que reposan las inmensas columnas salomónicas del primer cuerpo. En las calles laterales tenemos dos cofres-relicarios terminados en pirámides-relicarios y un busto de un santo, sobre ellos otros dos relicarios como los intermensulares, coronados estos por frontones partidos curvos
En el centro encontramos un arco triunfal donde se ubica un enorme espacio cilíndrico de unos 6 metros de alto realizado en madera (dorada y policromada) y mármol negro en cuyo círculo se inserta una planta octogonal y que en hacerlo girar, en el interior, reservado para la exposición del Santísimo Sacramento, encontramos actualmente una Inmaculada Concepción de José de Mora.
En el segundo cuerpo aparecen otras dos columnas salomónicas decoradas de igual manera que las inferiores que custodian un crucificado de bulto de estatura natural. En las calles laterales se encuentran dos relicarios que se presentan como si fueran una sencilla portada de dos cuerpos.
Fuentes:
